El síndrome de la cabeza quemada o síndrome de burnout es un padecimiento que se da en personas que se sienten estresadas y sobreexigidas en el trabajo o con los estudios.
Las mujeres son las más afectadas y lo padecen con mayor frecuencia las personas muy comprometidas en las que los intereses profesionales se encuentran por encima de los personales.
Los síntomas van desde molestias físicas (insomnio, dolor de cabeza, dolores musculares, trastornos digestivos) hasta alteraciones emocionales (angustia, depresión, ansiedad, abulia) socavando de esta forma el rendimiento, la calidad de vida y las relaciones interpersonales de los afectados.
El clima y las condiciones de trabajo son vitales de tener en cuenta para mejorar la situación. Cuando el trabajo supera las ocho horas diarias, cuando se está mucho tiempo en el mismo espacio físico, cuando el pago no es apropiado y sobretodo cuando las relaciones humanas no son buenas, el trabajador o estudiante tiene mucho más riesgo de padecer este síndrome.
Si bien no existe una estrategia simple y universal para hacer frente a este problema, es aconsejable que los trabajadores o estudiantes desarrollen una rica red de relaciones personales y que se dedique a actividad fuera del trabajo que lo gratifiquen. Contar con un buen líder en el trabajo facilitaría las cosas aunque no depende directamente de nosotros. En el caso de que las cosas no mejoren, siempre es recomendable consultar a un profesional que nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida.
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