El arte del Feng Shui surgió hace miles de años en China, en donde comenzó como una tradición oral basada en la creación de lugares sagrados. Actualmente, esta disciplina es utilizada para recrear, a partir de sus leyes, ambientes armoniosos, libres de energías adversas.
El término Feng Shui significa “viento y agua”. Este sistema milenario chino se basa en la relación del hombre con los cinco elementos de la naturaleza: fuego, tierra, agua, metal y madera. Para esta disciplina, el hogar es como un organismo vivo que está formado por todos los elementos de la naturaleza. En cada uno de sus espacios, fluye una energía única llamada “Chi”, conocida como la fuerza universal, que habita en todas las cosas.
Las leyes básicas para empezar a poner en práctica esta técnica, tienen que ver principalmente con la limpieza energética: los ambientes del hogar deben estar bien ventilados y poseer grandes ventanales para dar paso a la energía solar, que es la energía vital del hombre.
Existen elementos que promueven la circulación de energía como por ejemplo las flores y las plantas. Sin embargo, depende del lugar donde se las ubique, van a brindar energía positiva o negativa. En el caso de las plantas, no se deben colocar en dormitorios, ya que toman oxigeno del ambiente y emanan dióxido de carbono por las noches, lo que puede perjudicar nuestra salud. Por lo tanto, se aconseja colocarlas en el centro del comedor, para que atraigan la luz y den vida a la habitación.
Existen elementos que promueven la circulación de energía como por ejemplo las flores y las plantas. Sin embargo, depende del lugar donde se las ubique, van a brindar energía positiva o negativa. En el caso de las plantas, no se deben colocar en dormitorios, ya que toman oxigeno del ambiente y emanan dióxido de carbono por las noches, lo que puede perjudicar nuestra salud. Por lo tanto, se aconseja colocarlas en el centro del comedor, para que atraigan la luz y den vida a la habitación.
Los espejos son los elementos que más desequilibran la energía atmosférica, debido a que la duplican. Dispóngalos de manera que nunca queden enfrentados y tampoco colocados frente a una cama ni a la puerta de acceso a la casa, ya que pueden provocar un desborde energético. En el dormitorio, la cama debe ser de madera y nunca de metal.
La sala de estar debe ser la habitación más grande de toda la casa. El uso de cortinas es esencial para el Feng Shui porque evita que la energía “Chi” se escape del ambiente. La sala se debe encontrar lo más cerca posible de la entrada y debe ser el espacio más iluminado.
Para saber más acerca de las leyes del Feng Shui y cómo ponerlas en práctica, pueden consultar el libro al que nosotros recurrimos para hacer esta nota: “Secretos del Feng Shui para los 365 días del año”, de la doctora Lillian Too.
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