Musicoterapia: cuando la música sana

   ¿Quién no puso alguna vez un disco y sintió que se transportaba a otro momento de su vida? Ese efecto, entre otros, es uno de los que se pueden conseguir a través de la musicoterapia.

    A parte del largo uso que se le ha dado a la musicoterapia para tratar a personas con autismo Parkinson o Síndrome de Down, últimamente se está implementando para mejorar la comunicación, la atención, el aprendizaje, la depresión crónica y hasta problemas motrices. Así como en el psicoanálisis el terapeuta interpreta el discurso que hace el paciente por asociación libre, el musicoterapeuta debe identificar los cambios en las reacciones que manifiesta el paciente. Por ejemplo, se utilizan técnicas de improvisación (tanto vocales como con instrumentos) que se realizan junto al musicoterapeuta en las que el paciente se expresa cinética, o vocalmente.

La manera en la que reaccionamos ante los estímulos musicales es compleja. Nuestro cerebro identifica ritmo, melodía y armonía a través de diferentes áreas cerebrales. Una vez identificados los elementos de la música, se activan los neurotransmisores (sustancia responsable de transmitir información entre las neuronas) y hormonas que provocan las sensaciones. Es por eso que la subjetividad de la interpretación de la música hace que no se pueda aplicar un método rígido en todas las personas. Lo que sí se puede afirmar, es que nuestro cuerpo tiende a sincronizarse con el ritmo de la música. Por eso, generalmente se utiliza música con bajo pulso para tratar de alcanzar la relajación y alivianar el estrés.

   Otro método que se utiliza en la musicoterapia es el de Imágenes Guiadas con Música. Este método se puede aplicar en el área de Orientación Vocacional y consta de tres sesiones en las que el interesado en buscar una carrera escribe pensamientos, se visualiza en diferentes ámbitos y expresa ideas mientras se pone un estilo de música determinado.

   Es verdad que no se pueden predecir efectos de manera rígida ni saber a ciencia cierta qué pieza o canción contribuiría a determinado factor. Lo que sí se sabe es que la música siempre fue indispensable y que la musicoterapia es otra razón para sumergirnos en la vastedad de interrogantes que surgen de la capacidad humana para reconocer, interpretar y apreciar el arte.

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